El hidrógeno ha saltado al escenario de las energías renovables con fuerza, respaldado por un potente músculo inversor que se prevé para los próximos años, a tenor de la ambición que se perfila en la Hoja de Ruta del Hidrógeno: Una puesta por el hidrógeno renovable”, aprobada ayer por el Consejo de Ministros para el despliegue y el desarrollo del hidrógeno renovable en España, un vector energético que promete, entre otros, creación de empleo estable.
Este ambicioso plan, que se articulará a través de unas inversiones de 8.900 millones de euros hasta el año 2030 y que cuenta con la colaboración del sector privado, subraya algunas de las oportunidades que pueden materializarse, apostando por esta fuente de energía:
- Eliminar las emisiones de contaminantes y de gases de efecto invernadero al medio ambiente en sectores o procesos difícilmente descarbonizables para alcanzar los objetivos de una economía climáticamente neutra en 2050.
- Desarrollar las cadenas de valor de la economía del hidrógeno y posicionar a España como referente tecnológico (fabricantes o ensambladores de electrolizadores, fabricantes de pilas de combustible, fabricantes de componentes (electrónica, control, automoción, mecánica), fabricantes de vehículos, astilleros, proveedores de depósitos a presión, aporte de sistemas integrales como hidrogeneras o plantas de producción de hidrógeno renovable, así como su gestión, soluciones de almacenamientos a gran escala, equipos para el transporte de hidrógeno, proveedores de servicios de movilidad basados en hidrógeno renovable, etc.
- Creación de puestos de trabajo altamente cualificados en cada etapa de la cadena de valor del hidrógeno renovable.
- Penetración de un mayor porcentaje de energías renovables en el sistema eléctrico,
propiciando un mayor grado de gestionabilidad y disminuyendo la intermitencia para el sistema eléctrico en la generación a partir de fuentes de energía renovables.
- . Almacenamiento energético: El hidrógeno renovable se posiciona como una solución para el almacenamiento de energía a gran escala y de manera estacional, tal y como establece la Estrategia de Almacenamiento. España tiene un gran potencial en el despliegue de las “smart grids” y el hidrógeno puede tener un rol esencial.
- Disminución de la dependencia energética nacional y del entorno europeo, mejorando la balanza energética y proporcionando seguridad en el suministro continuo de energía renovable, cuando se den “situaciones valle” de menor producción de generación de energía renovable por otras fuentes.
- Objetivo país: Convertir a España en una de las potencias europeas de generación de energía renovable y en el país europeo con mayor potencial exportador.
- Favorecimiento de la descarbonización de los sistemas energéticos aislados, con especial atención a los territorios insulares, en los que el almacenamiento temporal de energía eléctrica es clave, para facilitar desarrollos como la movilidad eléctrica y el de los destinos turísticos sostenibles.
- Potenciar la I+D+i energética española como pilar de crecimiento económico sostenible y con ello, el liderazgo de las empresas e industrias españolas de la economía del hidrógeno tanto tecnológico como en posibles soluciones a la gestión de cualquiera de las etapas de la cadena de valor del hidrógeno renovable descritas, en línea con La Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027, que incluye entre sus líneas estratégicas, la aplicación del hidrógeno renovable en la industria y como recurso para alcanzar la descarbonización.
Esta Hoja de Ruta está alineada con la Estrategia Europea del Hidrógeno (EU Hydrogen Strategy), que aborda los principales campos de actuación a considerar, en concreto:
. inversiones,
. marco regulatorio,
. nuevo liderazgo de mercados,
. I+D en tecnologías y mercados,
. red de infraestructuras, y
. la cooperación con terceros países.
La Estrategia Europea del Hidrógeno establece tres horizontes temporales, contemplando en una Primera fase (2020-2024), la instalación de al menos 6 GW de electrolizadores en la UE y la producción de hasta 1 millón de toneladas de hidrógeno renovable, que alcanzarían al menos los 40 GW de electrolizadores para 2030 (final de la Segunda Fase, 2025-2030) y la producción de hasta 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable en la UE.
De esta forma el hidrógeno pasará a consolidarse como una pieza fundamental del sistema energético. En la Tercera Fase, 2030-2050, las tecnologías de hidrógeno renovable deberían alcanzar su grado de madurez y poder así desplegarse a gran escala, llegando a sectores difíciles de descarbonizar donde otras alternativas pueden no ser factibles o tener mayores costes.
Autor: María Jesús Romero Olid