María Romero, Fundadora y Directora de El Cubo Verde, Soluciones Ambientales, comparte con nosotros en una breve entrevista su perspectiva y opinión acerca de la posición que ocupan las mujeres en el sector energético.
Con más de 20 años de experiencia en consultoría ambiental, gestión y desarrollo de negocio en cambio climático (mitigación y adaptación) y energía, huella de carbono, estandarización y normalización (ISO, GRI) y en legislación ambiental, María Romero es una destacada experta en estrategias y herramientas de sostenibilidad, Agenda 2030 y ODS, descarbonización, en la implementación de soluciones de eficiencia energética y en energías renovables.
Su experiencia abarca la creación de nuevas áreas de negocio, start-up, coordinación de equipos de trabajo y proyectos, desarrollo de estrategias y planificación, y captación de ayudas y financiación climática (PROFIT, Subprograma AVANZA Competitividad I+D+i, FES-CO2, PAREER, Fundación Biodiversidad), así como la presentación de proyectos a convocatorias y licitaciones públicas y privadas, y cuenta además, con una amplia trayectoria como asistencia técnica para la Administración Pública Estatal en la realización de estudios y planes e implementación de normativa Europea e Internacional.
¿Cómo ve el sector de servicios energéticos en cuanto a igualdad de género? ¿Percibe que hay cada vez más mujeres en este sector?
El sector energético, al igual que otros sectores estratégicos de producción, ha estado tradicionalmente ligado a la presencia masculina, (ingenieros, economistas, técnicos, mantenedores, etc.), debido a factores sociales y culturales que han relegado al género femenino a tareas domésticas o de índole más administrativa.
La participación de las mujeres en perfiles profesionales de ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas, tan necesarios en un sector transversal como el de la energía y su presencia en roles de responsabilidad, es algo relativamente nuevo, que ha empezado a despegar en los últimos años.
¿Percibe que hay cada vez más mujeres en este sector?
Efectivamente, la presencia de mujeres en este ámbito está creciendo, no solamente en perfiles técnicos sino también directivos, aunque esta tendencia es mucho más palpable en países como España, que en países en desarrollo o con economías aún emergentes.
«Las mujeres nos caracterizamos por una capacidad intelectual emocional, que potencia entornos de trabajo en equipo más cohesionados, una gestión basada en la mejora continua del desempeño y de la cualificación profesional, y una mayor sensibilidad hacia aspectos cruciales, como la sostenibilidad ambiental».
¿Cuál cree que es la mayor aportación de la mujer a este sector de la energía? ¿Y cuáles son los mayores retos a los que se tiene que enfrentar?
Al igual que en otros entornos laborales, creo que las mujeres nos caracterizamos por una capacidad intelectual emocional, que potencia entornos de trabajo en equipo más cohesionados, una gestión basada en la mejora continua del desempeño y de la cualificación profesional, y una mayor sensibilidad hacia aspectos cruciales, como la sostenibilidad ambiental. Una sostenibilidad que en el sector energético pasa forzosamente por la innovación, la IA, la digitalización, la reducción de la intensidad energética y el empleo de fuentes de energía renovables y vectores energéticos como el hidrógeno.
En la situación actual de retos climáticos y de descarbonización de la economía, las mujeres como fuerza laboral, en un mercado como el energético que demanda una gran capacidad de adaptación, sumamos y aportamos un valor adicional indiscutible.
No obstante, sigue habiendo frenos y retos culturales de percepción de la presencia de mujeres, más como una excepción o como una minoría, que como una situación normalizada, en puestos técnicos como dirección de obras o direcciones de proyecto, CEO’s de empresas, etc.
Hace falta poner en valor el trabajo de las mujeres, en este y en otros sectores de actividad claves para incrementar la competitividad y asegurar el desarrollo económico sostenible.
frente a la creciente demanda de competencias en un mercado en expansión, permanecer en el sector energético y progresar profesionalmente, encuentra aún algunos frenos derivados de la falta de conciliación laboral o la desigualdad salarial.
Según su perspectiva y experiencia, ¿qué funciones/cargos desempeñan las mujeres que cuentan con más representación en el sector?
Aún son predominantes las funciones más ligadas a la gestión interna, la asesoría y a posiciones en mandos intermedios, frente a perfiles técnicos especializados o estratégicos y de la alta dirección.
¿Hasta qué punto considera importante que el sector energético abogue por la equidad de cara al futuro?
Es esencial, se trata de cualificar a personas en las nuevas competencias profesionales que se demandan y que no exista ninguna cortapisa, restricciones u obstáculos por el hecho de ser mujer, algo que debería estar totalmente superado.
Como profesional y como mujer, ¿cuáles cree que son los puntos que pueden hacer del sector de la energía un foco de interés?
Una de las ventajas que ofrece el mercado laboral energético es que se trata de un sector multidisciplinar que ofrece un gran abanico de posibilidades. Dentro de las posibles opciones, creo que el sector de las energías renovables presenta muchos atractivos, frente al tradicional de las energías fósiles.