Para que la UE llegue a ser climáticamente neutra antes de 2050, es necesario un importante componente de inversión privada; así la taxonomía de la UE (sistema de clasificación que establece una lista de actividades económicas sostenibles desde el punto de vista medioambiental y objetivos medioambientales) intenta orientar la inversión privada a las actividades necesarias para alcanzar esa neutralidad:
- proporciona definiciones sobre las actividades económicas que pueden considerarse ambientalmente sostenibles, y
- está diseñada para orientar el cambio de los flujos de inversión para financiar la descarbonización, crear seguridad en las inversiones y evitar el “lavado verde”, más comúnmente conocido como “greenwashing”.
En enero de 2022 entró en vigor el primer Acto Delegado Complementario a la Taxonomía sobre actividades sostenibles para los objetivos de adaptación y mitigación del cambio climático. Este acto especifica el contenido, la metodología y la presentación de la información que deben divulgar las empresas financieras y no financieras en relación con la proporción de actividades económicas sostenibles desde el punto de vista medioambiental en sus actividades comerciales, de inversión o de préstamo.
El Parlamento Europeo adoptó después un segundo Acto Delegado Complementario que añade criterios de mitigación y adaptación al clima para algunas actividades relacionadas con el gas fósil y la energía nuclear: estas actividades permitirán abandonar más rápidamente otras más contaminantes —como la generación de energía a partir del carbón— en favor de un futuro climáticamente neutro y basado de forma predominante en fuentes renovables. Está previsto que entre en vigor el 1 de enero de 2023.
Gas Fósil:
Existe la preocupación de que la inclusión del gas en la Taxonomía de la UE abra las puertas para que el gas fósil reciba inversiones verdes. El gas fósil está compuesto principalmente por metano, un potente gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento global más de 80 veces superior al del dióxido de carbono (CO2) en una escala temporal de 20 años.
Sin embargo, se han establecido nueve requisitos que hacen que los criterios de este Acto Delegado Complementario sean extremadamente exigentes para el gas:
- La planta debe sustituir a una planta de generación de carbón existente.
- Debe existir un plan nacional de eliminación del carbón. En este momento, sólo 13 Estados miembros tienen centrales de carbón y un plan de eliminación.
- La central de gas no puede superar la capacidad de la instalación sustituida en más de un 15%.
- El proyecto tendrá que demostrar que la sustitución no puede hacerse con energía renovable.
- La sustitución debe reducir las emisiones en al menos un 55%.
- La instalación debe estar diseñada para utilizar gases renovables/bajos en carbono y cambiará completamente a estos gases antes de 2035.
- Todas las actividades relacionadas con los gases fósiles requieren además, un programa de detección y reparación de fugas.
- Las emisiones directas no pueden superar los 270g de CO2e/kWh. Las intensidades medias de las emisiones de las centrales de gas son muy superiores a esta cifra, por lo que incluso este umbral más bajo requeriría una alta eficiencia y posiblemente una CCS (Carbon Capture &Storage).
- El umbral alternativo de emisiones directas medias anuales de 550 kg de CO2e/kW de capacidad durante 20 años abre el riesgo de inversión, ya que el cumplimiento del umbral no podrá demostrarse durante 20 años.
Algunos inversores ya han dejado claro que no quieren inversiones en gas fósil (enlace). También están optando por no invertir en este tipo de gas, debido a la creciente creencia de que las fugas de metano hacen que la intensidad de carbono de la energía generada por gas fósil se acerque a la del carbón.
Energía nuclear:
Por otro lado, la Comisión ha llegado a la conclusión de que la energía nuclear, sujeta a estrictas condiciones de seguridad y medioambientales que garanticen el respeto del principio de no causar daños significativos, puede desempeñar un papel en la transición hacia la neutralidad climática en consonancia con el Pacto Verde Europeo. Un criterio clave para cada una de las actividades de energía nuclear es que estén situadas en un Estado miembro con «un plan documentado con medidas detalladas para tener en funcionamiento, antes de 2050, una instalación de almacenamiento de residuos radiactivos de alta actividad«. Actualmente, sólo Francia, Finlandia, Estonia y Suecia cumplen este requisito.
Este Acto incluye la obligación de que las grandes sociedades no financieras y financieras cotizadas divulguen la proporción de sus actividades relacionadas con el gas natural y la energía nuclear. Esto debería ayudar a los inversores a distinguir entre las diferentes actividades en las que invierten.
El acto delegado complementario tiene por objeto orientar a la UE hacia la necesaria transición ecológica a una economía descarbonizada.